Regresa el "Conde de Montecristo" a colaborar con el Sindicato ASAE y nos manda este artículo vía Buzón Confidencial, por su interés lo reproducimos... seguro que se genera un interesante debate... ¿tu que opinas?...
¡Estamos para que nos encierren!
Ceses de cargo, depresiones, cánceres, infartos, ictus o amagos… ¿Soy yo o están pasando todas estas cosas a compañeros de mi entorno cercano?, me da por pensar que, a lo mejor, yo también puedo estar comprando una papeleta en la rifa de la salud.
Parece que la empresa no está recapacitando sobre estos casos.
La solución de poner a gente joven preparada, pero sin experiencia, lejos de dar indicios de preocuparse por el personal, deja patente la intención de sustituir el conocimiento por la energía vital de treintañeros, cargarles de trabajo, hasta que no puedan más, se depriman, sufran migrañas, tengan ansiedad, quiebren y que venga el siguiente.
A lo mejor resulta cursi, pero, después de la pandemia y estando inmersos en otra crisis de refugiados, se espera un poco de empatía y humanidad. Por todos nosotros, pero, sobre todo, por la gente que lo está pasando mal y que tanto ha dado por la empresa.

Pienso que algunos responsables que toman decisiones sobre la plantilla del Aeropuerto, cree que todos somos unos vagos y que el mayor tiempo de nuestra jornada laboral lo pasamos planeando tretas para “trampear” a la empresa. Es un defecto de foco, como el de esos policías que piensan que la sociedad se compone, únicamente, de malhechores con los que ellos se topan cada día. No, por cada vago en AENA, hay decenas de personas que quieren trabajar, cuidar su instalación, su tarea, etc. El mundo está habitado, en su mayoría, por gente buena.
Por favor. Háganse cargo de estas cosas. No se limiten a gritar aquello de “¡Vete al médico!”, como ya dijo un insensible a un Diputado a otro, que hablaba desde el estrado sobre la depresión y la necesidad de psicólogos en la Sanidad.
Como sigamos así, vamos a terminar para que nos encierren.